24 de mayo de 2011

Sonrisa de Luna

Todos duermen, el reloj marca las 9:52. Seco el último plato y después de guardarlo en la alacena, cuelgo el trapo y me quito el delantal. La puerta del patio me llama, salgo y siento la noche sobre mi cara. Estoy cansada, pienso, pero ¿como no? despertador a las 5:50, todos arriba, uniformes, desayuno, mochilas y beso de despedida, lavo platos, hago camas, 3 coladas, tiende ropa, un chongo rápido y las compras, barre afuera, barre adentro, sacudida, la comida, doblar ropa y a comer; las tareas, el deporte, la maqueta, la tiendita; a bañarse, las pijamas y a la cama. Y viene la pregunta ¿Qué hay de cena?, unos huevos, lavo platos, otro beso y a dormir.
Parada en medio de la noche con mis manos en la cintura, hago un círculo con mi cabeza tratando de aflojar los músculos del cuello, y en uno de esos giros mis ojos se topan con un cielo negro donde una estrella me guiña y la luna me sonríe, yo sonrío de vuelta, entro a  casa y duermo.

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